Uno de estos días estaba en el Parque de la Amistad de Mota, Costabissara, disfrutando de un día cualquiera, rodeada de un hermoso paisaje y de un ambiente fresco y cálido. En ese momento, me deleitaba con la naturaleza, sintiendo cómo la brisa acariciaba mi piel mientras escuchaba música, escribía y grababa videos.
Sin embargo, de repente, un hombre apareció inesperadamente
frente a mí, me preguntó: "¿Cómo estás?" A lo que respondí:
"Estoy bien." Sin embargo, su expresión me generó inquietud; tenia un cigarrillo y sus ojos
parecían perdidos y, al estar completamente sola en el parque, no podía evitar
sentir preocupación por sus intenciones.
Le respondí: Eres un esclavo de tu mente, no se puede vivir pensando solo en sexo porque la vida es más que eso. No mereces vivir en esa cárcel mental que tu mismo has creado. Puedes cambiar eso si lo deseas.
Cuando decidió despedirse,
sentí alivio, pero al alejarse, se detuvo y me preguntó qué podía hacer al
respecto: Como podía eliminar esos pensamientos?
Le pregunté si veía pornografía, a lo que respondió que no, pero que a veces veía películas con contenido sexual. Le expliqué que eso era lo peor que podía hacer, ya que de ese modo alimentaba sus pensamientos sexuales, es como estar entrenado tu mente para que continúe a pensar de ese modo. Le aconsejé que, si quería dejar de pensar en el sexo, debía evitar dicho contenido.
Este hombre está experimentando una forma de tortura debido a que en su inconsciente se ha sembrado la semilla del “deseo tener sexo”. Mientras esta semilla permanezca en su mente, continuará sintiendo ansiedad.
Le sugerí que cuando surgieran esos pensamientos, se dijera a sí mismo: "No deseo pensar en eso en este momento." Le expliqué que no se trataba de rechazar esos pensamientos, sino de vivir en el presente y elegir de manera consciente lo que se desea y lo que no se desea pensar para así poder reconocer y decretar con autoridad que en ese momento no desea pensar en eso.
Al repetir
esta frase, "No deseo pensar en eso
en este momento" estaría reprogramando su mente y tomando control de lo que desea o no desea pensar en ese
momento y asi podria evitar la ansiedad que eso le está causando.
Es lógico que algo que no deseamos no nos puede generar ansiedad.
La clave está en utilizar las palabras precisas y adecuadas para cada situación. Sabemos que la palabra deseo es muy poderosa y hay una gran diferencia entre decir deseo y decir no deseo.
Si deseas algo que no puedes tener te puede causar ansiedad pero si no lo deseas es imposible que te cause ansiedad. Todo es mental; nuestra mente nos ofrece pensamientos basados en nuestras experiencias sensoriales, pero podemos elegir lo que deseamos pensar y no pensar sencillamente decretando. La mente con el tiempo empieza a responder de manera eficaz a cada una de tus ordenes.
Si no establecemos límites, corremos el riesgo de convertirnos en esclavos de nuestros propios pensamientos.
Debemos convertirnos en verdaderos guardianes de nuestra propia mente.
Un ejemplo de esto
podría ser cuando llevas a tu hijo al parque; le permites jugar, pero mantienes
una vigilancia atenta y constante sobre sus actividades. Si se encuentra en una situación
peligrosa, estarás presente para protegerlo y evitar que se lastime.
Lo mismo debe aplicarse a nuestra mente: es
fundamental mantenernos vigilantes ante nuestros pensamientos para identificar
aquellos negativos y abordarlos con conciencia, habilidad y destreza. De este
modo, podemos transformar cualquier pensamiento desfavorable en algo que
beneficie nuestro bienestar emocional.
Este
hombre, tras escucharme, me dijo que creía que nada ocurría por casualidad y
que nuestra conversación era una respuesta divina que le ayudaría a salir de su
situación porque el tenía dos hijos y una esposa.
Me
sorprendió su reflexión, ya que un encuentro que inicialmente me había hecho
sentir en peligro se transformó en una oportunidad para ayudarlo a liberarse de
su prisión mental. Creo firmemente que aquellos que son atormentados por
pensamientos sexuales carecen del conocimiento necesario para controlarlos.
Debes tener presente que así
como tienes el poder de mantener esos pensamientos sexuales, es el mismo poder
que posees para eliminarlos.
Es fundamental que crean en su poder; cuando confían en su voz, su mente responderá a sus instrucciones. Esto puede parecer increíble, pero es una realidad fundamentada en la metafísica.
Es
muy probable que este método no sea difundido de la manera correcta y adecuada
porque estaríamos despertando las personas en masa y pudieran salir de su
cárcel mental sin tener que recurrir a una ayuda profesional y esto no conviene
porque conviene tener a las personas en su cárcel mental.
Yo
soy una de las pioneras que está dando un paso al frente y utilizando la
metafísica para poder transformar la personalidad y poder superar los miedos
más profundos, inseguridades, fobias, pensamientos obsesivos que todos pueden ser
superados con una mente bien entrenada.
Tenemos que empezar a entrenar la mente de igual modo como entrenamos el cuerpo porque una mente bien entrenada se convertirá en tu arma mas letal para enfrentar cualquier situación que te pueda derrumbar.
Todo esto es posible con el
conocimiento adecuado y mantener la constancia y el enfoque de querer despertar ese poder que siempre ha estado en ti.
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