Salmo 1, versículo uno, : «Bienaventurado el hombre que no se sienta en la silla de los burlones».
Creo que todos alguna vez en la vida nos hemos sentimos burlados en alguna ocasión de manera muy sutil o de manera muy directa.
Te has preguntado por qué hay personas que se burlan de otras personas?
Que se esconde detrás de esa burla?
Recuerdo un hecho similar que quiero utilizar para poder hablar un poco sobre lo que es la burla y cómo se puede enfrentar ya que esto puede dañar y doler mucho si no se sabe enfrentar de la manera adecuada.
La burla es un síntoma del orgullo. Además, el sentimiento principal que hay detrás de la burla es el desprecio —menospreciar a los demás—, esto significa, pensar que uno es mejor que otras personas.
Recuerdo claramente como esa tarde esa persona, que en un tiempo fue muy cercana a mí, se burlaba de mí por un motivo que creo que casi no me lo creerías.
Esta persona que un día fue una persona importante en mi vida ha comenzado a burlarse de mí por estar soltera.
Recuerdo como se reía de una manera malévola mientras pronunciaba las palabras "sí tú estás sola y soltaba sus carcajadas como si realmente lo disfrutará.
Honestamente, el comportamiento de esta persona hacia mí y su falta de respeto no me han afectado. Comprendo que detrás de su actitud se oculta un viejo resentimiento debido a que las cosas no ocurrieron como esperaba, lo cual ha generado en ella una incomodidad que la mantiene en un estado de miseria.
Cuanto más se reía, más podía percibir su sufrimiento, así como la intención detrás de sus acciones. Es evidente que su propósito era hacerme sentir mal, pero resulta imposible dejarse afectar por las acciones de alguien que actúa desde un lugar de resentimiento.
El resentimiento surge, en esencia, de un lugar de sufrimiento. Este sentimiento obstaculiza la capacidad de experimentar una felicidad plena y serena, la cual es un derecho inherente a todo ser humano.
Observaba con detenimiento y tranquilidad el comportamiento vergonzoso de esta persona que se estaba comportando de una manera muy infantil y hay que resaltar que también los adultos se comportan como niños y eso está bien.
Así como debemos ejercer paciencia con los niños y sus travesuras, también es fundamental mantener la misma actitud hacia aquellos adultos que, por su comportamiento inmaduro, parecen no aprender de sus errores.
Un aspecto relacionado con este comportamiento es que es probable que estas personas no hayan recibido la educación adecuada sobre la importancia del respeto, lo que implica que todas las personas deben ser tratadas con dignidad en cualquier circunstancia.
En esta situación, han desempeñado un papel fundamental el resentimiento y la falta de educación, que no se ha impartido de manera adecuada, especialmente en lo que respecta a la importancia del respeto. El hecho de estar enojado no justifica la falta de respeto hacia los demás.
Estos dos elementos me hacen tener un panorama bastante claro del motivo por el cual esta persona se está comportando como un niño travieso.
¿Qué debería hacer un adulto al observar a un niño en medio de una rabieta? La mejor opción es observar y esperar a que la situación se calme por sí sola.
Cualquier adulto podría enojarse si no logra ver la situación desde la perspectiva adecuada, desde un nivel elevado de conciencia.
Cuando he observado su comportamiento inmaduro e infantil, e incluso vergonzosos, he podido limitarme a decir: “Mira, estoy feliz estando sola”.
Si tuviera la creencia de que necesito a alguien a mi lado para ser feliz, es muy probable que en este instante me sentiría completamente infeliz. Esta creencia también puede dar lugar a comportamientos como los celos y el control en una relación, motivados por el temor a perder lo que consideramos nuestra felicidad absoluta.
Lo importante en este contexto es que no poseo esa creencia limitante y no permito que mi felicidad dependa de la presencia de un hombre en mi vida.
Un hombre puede ser un complemento importante de mi felicidad, pero nunca podría ser el eje central de la misma, ya que no es saludable basar nuestra felicidad en otra persona.
Esa persona puede ser un apoyo, pero no debe ocupar el centro de atención de nuestra vida; pues si las cosas no marchan bien, nuestro mundo se desmoronaría. Cada individuo debe mantener su poder, ser responsable de su felicidad y no entregarlo a nadie más.
Es fundamental subrayar la importancia de educar a nuestros hijos para que comprendan que el respeto debe extenderse a todos, no solo a los adultos, sino también a los jóvenes, niños y animales, quienes merecen el mismo nivel de consideración.
Si todos nos dedicáramos a educar a nuestros hijos sobre la importancia del respeto, estoy segura de que el bullying en las escuelas disminuiría significativamente.
El problema radica en que muchos niños son un reflejo de sus propios padres, quienes han inculcado estas conductas a través de sus palabras y acciones.
Imagina escuchar a tus padres hablar despectivamente de un vecino, llamándola “jirafa”, o que tu hijo escuche a su madre referirse a una persona con sobrepeso como “bestia”. ¿Qué puede aprender un niño que crece en un hogar donde se critica constantemente el aspecto físico de los demás?
Probablemente, el niño percibirá estas actitudes como algo normal y natural, lo que lo llevará a replicarlas tanto en la escuela como en otros espacios públicos.
Todo esto acontece porque, a menudo, los padres no se dan cuenta del mal ejemplo que están ofreciendo a sus hijos al criticar y hablar negativamente de otras personas en su presencia.
Es verdaderamente desagradable escuchar a alguien que constantemente habla mal de los demás, especialmente en lo que respecta a su apariencia física.
La falta de respeto hacia los otros es evidente en sus palabras, lo que dificulta mantener una cercanía con este tipo de personas. Ante esta situación, uno se ve obligado a mantener una distancia.
Si los padres no han entendido sobre la importancia de educar sobre el respeto hacia los demás, entonces ¿quién es el que tiene que enseñarle el respeto a los niños que van a las escuelas?
Podría ser prudente que sean las mismas escuelas las que imparten algún tipo de materia que hable sobre la importancia del respeto y otros temas importantes.
Esta asignatura se podría llamar "La asignatura del amor", donde se hable sobre la importancia del respeto y de hablar siempre con palabras de amables y de cortesía.
También se podría tratar otro tema muy importante que está afectando mucho a las familias es hablar sobre los peligros de fumar y cuán perjudiciales son para la salud.
A esto podemos agregar el alcohol, que también es otra sustancia tóxica y dañina que afecta nuestro organismo. Entiendo que el tabaco y el alcohol son cosas que están totalmente aceptadas en la sociedad como algo normal, pero todos sabemos que, en el fondo, estos son hábitos tóxicos y negativos que atacan de manera negativa a nuestro cuerpo.
Estoy segura de que nadie quiere ver a un hijo enfermo sufrir por un cáncer, pero también tenemos que recordar que debemos utilizar métodos de prevención y educar a nuestros hijos desde muy pequeños sobre la importancia y los peligros que tienen fumar y beber alcohol.
Si realmente amamos a nuestros hijos y queremos un futuro exitoso para ellos, tenemos que dedicar tiempo de calidad para educarlos en las cosas que realmente son importantes.
En las escuelas hoy en día hay muchas materias inútiles que no les aportan mucho valor intelectual a los niños y que son simplemente una especie de distracción que no nos lleva a ningún lugar.
Es fundamental preparar a los niños de hoy de manera que comprendan la importancia de cuidar su cuerpo, lo que les permitirá mantener una buena salud.
De este modo, se asegura un futuro en el que en edad adulta sean conscientes de su bienestar físico, adoptando hábitos saludables y evitando comportamientos negativos que puedan comprometer su salud.
El sistema educativo debería ser reestructurado y enfocarse en los principales focos de atención más importantes que necesitamos tratar hoy en día, como es la importancia de no fumar y de no ingerir sustancias alcohólicas.
Todos sabemos que el gobierno debe invertir muchos millones de euros en la salud por todas aquellas personas que se enferman por hábitos relacionados con el tabaco y el alcohol.
Estoy segura de que nadie quiere tener un hijo alcoholizado y nadie quiere tener un hijo, que al final, puede caer en una dolorosa y tormentosa enfermedad como es el cáncer.
Imagina cuántas personas están en este momento agonizando en una cama de un hospital por culpa del tabaco.
Es realmente alarmante contemplar esta situación, pero es evidente que cada vez se vuelve más común observar a las personas fumando, como si fuera una actividad cotidiana y natural. Sin embargo, el tabaco representa un peligro latente, acechando en la oscuridad y dispuesto a atacar en cualquier momento.
Tengo una niña de 8 años y me he dedicado a enseñarle lo importante que es cuidar su cuerpo y respetarlo, y que entienda que fumar solo le hace daño a su cuerpo al igual que las sustancias alcohólicas.
A su corte edad ya comprende claramente que fumar y consumir alcohol es perjudicial. Esto me hace sentir aliviada y tranquila, ya que esto garantiza un futuro mucho mejor para mi hija.
No me gustaría jamás verla con un cigarrillo en la boca o un vaso de alcohol en la mano; deseo que sea una niña con sólidos valores y principios morales, una niña inteligente que sepa elegir lo mejor para sí misma.
Lo más adecuado es que cuide su cuerpo a través de hábitos saludables, evitando sustancias tóxicas y dañinas como el alcohol y el tabaco.ù
Estoy inmensamente orgullosa de lo que estoy logrando con mi hija; la dedicación, el esfuerzo y el amor que le brindó cada día son fundamentales, pues deseo ofrecerle todo el amor del mundo que es un regalo invaluable.
Cuando un niño se siente genuinamente amado por sus padres, las inseguridades tienden a desvanecerse.
Aspiro a que ella sea una niña emocionalmente sana y segura de sí misma, sin la necesidad de buscar la aprobación de los demás, ya que debe conocer y no dudar de su verdadero valor.
Un niño con una seguridad bien cultivada no caerá en manipulaciones o juegos para ser aceptado en una sociedad donde el consumo de alcohol y el tabaquismo son vistos como normales y bien aceptados.
Se requiere de una gran fortaleza y auto confianza para seguir un camino diferente al que elige la mayoría, dispuesto a transitar una senda que puede resultar solitaria, pero siempre acompañado por Dios, quien jamás soltará nuestra mano y estará presente en los mejores y peores momentos de nuestras vidas.
No es necesario que una persona para sentirse aceptada deba recurrir al consumo de alcohol o tabaco; es fundamental que se tenga claro el propio valor y no se ponga en duda simplemente por no seguir o hacer lo que hace la mayoría.
Debemos cuidar nuestro cuerpo sin importar las opiniones de la sociedad, pues al final, nuestra meta es agradar a Dios. No estamos aquí para complacer a los demás, sino para vivir conforme a la voluntad divina, la cual nos insta a respetar nuestro cuerpo y evitar hábitos tóxicos que lo dañen.
Es esencial honrar nuestro cuerpo, dado que Dios nos lo ha otorgado como un templo sagrado que debemos cuidar con amor y devoción.
Está científicamente comprobado que el consumo de alcohol y tabaco perjudica la salud, y todos lo sabemos; sin embargo, ¿cuántas personas están dispuestas a renunciar a sus hábitos tóxicos para cuidar su bienestar? Muchos prefieren un momento de placer a costa de dañar su cuerpo, ya que no son conscientes de las consecuencias de sus acciones.
Se han llevado a cabo importantes campañas para la prevención del cáncer de seno, promoviendo la realización de autoexámenes, ya que estos pueden salvar vidas. Sin embargo, si realmente buscamos implementar una prevención efectiva para erradicar el cáncer, es fundamental abordar la existencia de fábricas de cigarrillos.
Esta sería una medida genuina y con sentido, ya que resulta contradictorio fomentar la conciencia sobre la autoexploración mamaria mientras coexistimos con miles de fábricas de cigarrillos que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad.
No juzgaré a quienes eligen voluntariamente adoptar hábitos perjudiciales; cada persona tiene la libertad de decidir sobre su cuerpo. Sin embargo, es crucial que eduquemos a los niños desde una edad temprana sobre las implicaciones del uso de sustancias tóxicas como el alcohol y el tabaco.
Retomando el tema de las burlas hacia quienes están solteros, es evidente que una persona puede estar en esa situación porque aún no ha encontrado a la persona adecuada y no se aventurará con cualquiera por desesperación.
Esto es completamente respetable, aunque entiendo que hay quienes carecen de la madurez y la inteligencia necesarias para respetar las decisiones ajenas y optan por criticar.
Estoy convencida de que una persona verdaderamente feliz no se dedica a criticar ni a burlarse de los demás.
Quienes se burlan de otros suelen estar en un estado de infelicidad y miseria espiritual. En estos casos, es recomendable adoptar una postura de empatía y compasión hacia estas almas que aún no conocen el verdadero amor hacia el prójimo.
He tomado esta experiencia como una oportunidad para aplicar lo que debemos hacer, como Jesús señaló: debemos perdonar hasta 70 veces si es necesario, lo que implica que debemos mantener siempre una actitud de perdón.
Es necesario poseer un gran amor por el prójimo para poder observar cómo alguien se burla de ti sin guardar rencor. También es fundamental tener un profundo amor por Dios, ya que, en última instancia, estamos viendo a un hijo de Dios en un estado de miseria.
A pesar de sus errores, debemos recordar que sigue siendo un hijo de Dios, y como tal, es importante perdonar para acercarnos a la energía divina del amor. Donde hay resentimiento, no hay amor, y este sentimiento nos aleja de Dios.
Debemos perdonar el error y, si es necesario distanciarnos de esa persona, pero hacerlo con el perdón que nos libera del resentimiento, permitiéndonos encontrar paz en nuestro corazón y mantener una conexión con Dios.
Te invito a que, si alguien se ha burlado de ti en el pasado, comiences a verlo con ojos de compasión, entendiendo que esa persona atraviesa una etapa de miseria espiritual y necesita hacer un trabajo interno para que su alma pueda evolucionar. Lo más aconsejable para conservar nuestra relación con Dios y alcanzar la paz interior elegir siempre el perdón.
Maria G.
Extracto de mi libro: Una vida de perdón
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