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Cada 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer. El origen de por qué se celebra este día nació en mi país natal, República Dominicana, debido a un hecho ocurrido bajo el dictador Rafael Leónidas Trujillo.


El 25 de noviembre de 1960, un jeep se precipitó por la ladera de una montaña en la República Dominicana, cayendo 150 pies. Parecía un accidente, el último de una serie de misteriosos accidentes automovilísticos. Pero la colisión no fue un accidente y los pasajeros no eran ciudadanos comunes.

Eran Minerva, María Teresa y Patria Mirabal, hermanas que se levantaron para alzar la voz contra el brutal régimen del dictador Rafael Trujillo, y fueron asesinadas por los verdugos de Trujillo en un incidente muy similar al de otros opositores políticos de Trujillo.


Conocidas como las Mariposas, las hermanas Mirabal se convirtieron en heroínas nacionales y sus trágicas muertes inspiraron indignación internacional y la designación del 25 de noviembre como el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.


Las hermanas Mirabal crecieron en una zona rural acomodada del municipio de Salcedo, de donde también era oriundo mi padre, era una familia un poco lejana de estas hermanas Mirabal.


Estudiaron como internas en el Colegio Inmaculada Concepción de La Vega, regentado por las monjas españolas de la Orden Franciscana de Jesús y María, donde tanto Minerva como María Teresa destacaron por su inteligencia e interés por el estudio.


Cuando Trujillo llegó al poder, la familia perdió casi toda su fortuna. Las hermanas, especialmente Minerva, creían que la dictadura estaba arruinando el país y participaron en la creación y organización del movimiento revolucionario del 14 de junio. Dentro de este grupo se les llamaba mariposas, porque era el nombre con el que Minerva se identificaba en las relaciones políticas.


Las hermanas Mirabal se han convertido en iconos nacionales. Muchos de sus hijos sirvieron en el gobierno dominicano y las mariposas se convirtieron en un símbolo nacional de coraje y resistencia. Sus rostros aparecen en la moneda dominicana y sus vidas incluso inspiraron una novela popular, En el tiempo de las mariposas, de Julia Álvarez (1994).


Hoy en día, las hermanas Mirabal son recordadas por su valentía bajo un régimen totalitario y como víctimas de la horrible violencia de género que enfrentan las mujeres en todo el mundo hasta el día de hoy.


En 1981, un grupo de feministas latinoamericanas y caribeñas comenzó a celebrar el día de la muerte de las hermanas como una forma de conmemorar a todas las víctimas de feminicidio, y en 1999 las Naciones Unidas hicieron lo mismo.


El 25 de noviembre es ahora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un día de concienciación y recuerdo de aquellas personas asesinadas y dañadas por la violencia de género.


Personalmente puedo decir que es alentador que mi país haya sido tomado como referente para continuar la lucha contra la violencia hacia las mujeres.


También creo que esta lucha debe ampliarse y combatir la violencia no sólo contra las mujeres sino también contra los hombres, los animales, los niños y todo ser vivo.


Debe ser una lucha conjunta para lograr el bien común y el arma más poderosa con la que debemos combatir la violencia es el amor.


“Donde hay amor no hay violencia”


Es un poco contradictorio que sean precisamente las mujeres las que estén en esta lucha por ser respetadas por su género como mujeres cuando son precisamente las mujeres las que tienen el poder de cambiar el mundo.


Y ese poder nos es concedido porque somos las mujeres las que tenemos el poder de la creación. Somos dadores de vida y esto nos coloca en un lugar de poder.

Si hay tanta violencia en el mundo en este momento, tal vez nosotras como madres deberíamos cuestionarnos si estamos haciendo nuestro trabajo de brindar una buena educación con valores morales y enseñar a nuestros hijos la importancia del respeto a las mujeres.

Creo que es más efectivo que empecemos a intentarlo en la educación que estamos dando a nuestros hijos porque celebrando un día internacional de la violencia contra la mujer no vamos a poder solucionar un problema que cada día se expande más.

La violencia no se puede combatir solo un día sino todos los días con el poder más fuerte que tiene cada ser humano y ese es el amor.


Creo que todos podemos asegurar que un niño que crece en una familia donde se le ha enseñado desde pequeño la importancia del respeto será un niño que en la vida adulta no utilizará la violencia no sólo contra las mujeres sino contra cualquier ser vivo.

Recordemos que educar es amar y  si realmente amamos nuestros hijos y queremos verlos felices es importante darle una educación con buenos valores morales porque esto es lo que le va a garantizar una vida de éxito en la sociedad, en las relaciones humanas, en el área laboral y en las relaciones amorosas.

Estoy segura que ningún padre quiere tener un hijo violento pero muchas veces esos padres no se esfuerzan en darle una educación a sus hijos para evitar que en un futuro tengan un hijo violento y que maltrate a las mujeres.

No es para culpar a los padres pero parte de la responsabilidad es de ellos otra parte la responsabilidad es de  la escuela porque la escuela da muchas materias que no son importantes y  que no causarán un impacto positivo en el niño pero están ahí solo para ocupar un lugar mientras debería ocuparse un lugar muy importante de darle la educación en las escuelas sobre la violencia y  sobre el bullying pero hasta el momento no se ha hecho nada  y se sigue dedicando tiempo en materias que no son importantes.

Si queremos un mundo mejor con menos violencia tenemos que comenzar con la educación una parte por los padres y  otra por la escuela y unidos podemos obtener resultados satisfactorio para poder eliminar definitivamente la violencia contra la mujer, contra los hombres, contra los animales, contra los niños y contra los seres vivos en general.


Por motivo de la lucha contra la violencia, he escrito una canción Golpear mi fragilidad   dedicada a todas aquellas mujeres y en memoria de las Hermanas Mirabal que han sido maltratadas física, verbal y psicológicamente.




María G.





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