Aristóteles: “la amistad perfecta es la de los hombres de bien y semejantes en virtud”
Las amistades se definen como tales hasta que una persona revela su verdadera intención. A menudo, las acciones pueden ocultar motivaciones que trascienden la mera amistad.
En su ética, Aristóteles describe la amistad como una virtud fundamental para la vida humana, esencial para la felicidad y el bienestar. Clasifica la amistad en tres tipos: basada en la utilidad, en el placer y en la virtud.
La amistad más valiosa y duradera es la basada en la virtud, donde los amigos se aprecian mutuamente por su carácter y buscan el bien del otro.
Recuerdo haber tenido un amigo que conocí a través de amigos en común en aquel tiempo. En una ocasión, él se ofreció amablemente a regalarme algunos pepinos. Acepté su oferta con agrado, suponiendo que lo hacía por el simple deseo de ser amable. Mi ingenuidad me llevó a creer que nuestra relación era simplemente amistosa, pero más adelante, su verdadera naturaleza se hizo evidente.
Lo que inicialmente parecía una amistad sincera se transformó en algo diferente cuando, días después de recibir los pepinos, recibí un mensaje de él sugiriendo que fuéramos a su casa a pasar un rato agradable los dos solos y a divertirnos de un modo que no lo hacen los amigos.
En ese instante, comprendí que los pepinos ocultaban una intención que iba más allá de la cortesía, ya que parecían que los pepinos eran el precio que me ha pagado a cambio de una tarde divertida con una persona que era solo su amiga.
Su propuesta me sorprendió mucho porque no me esperaba una propuesta de ese tipo de una persona que la consideraba solamente como un amigo, no parecía conocerme bien y no se había dado cuenta de que no soy el tipo de mujer que se involucra en relaciones casuales.
Me pregunto cómo puede una persona tener el coraje de proponer un encuentro íntimo a una persona que es solamente su amiga.
Con cortesía, le respondí que él no era mi novio y que no tenía ninguna intención de participar en ese tipo de actividades con él.
Desde una perspectiva, puede resultar altamente ofensivo que una persona ofrezca algo y a cambio, esperar recibir una recompensa a través de mi cuerpo como si yo fuera un objeto o como si se tratara de ir al supermercado donde se adquieren productos.
Esta visión reduce el cuerpo de una mujer a un objeto de uso ocasional, desprovisto del compromiso y del respeto que se merece toda mujer.
Reconozco que vivimos en una época de libertinaje significativo y no deseo atribuir toda la culpa a este amigo; es posible que esté acostumbrado a este tipo de comportamiento con otras mujeres, considerándolo como algo natural.
Sin embargo, es fundamental recordar que no todas las mujeres son iguales y no todas están dispuestas a ofrecer su cuerpo de manera casual.
Una mujer que se respeta a sí misma no permite que cualquier hombre la trate sin consideración.
La mujer debe comprender su valor y no estar dispuesta a negociar su cuerpo, ya sea por dinero, vacaciones, propiedades o cualquier otro bien material.
Entiendo que, en estos tiempos modernos el materialismo se impone. Hay mujeres que buscan la estabilidad económica, a menudo priorizando esta necesidad sobre la existencia de sentimientos genuinos hacia el hombre que les proporciona comodidad. Sin embargo, ofrecer lo más sagrado que posee una mujer —su cuerpo— sin un vínculo emocional profundo es un acto que debe ser considerado con seriedad. Su cuerpo es su templo y debe ser protegido y valorado como una joya preciosa.
1 Corintios 13:4-8: Describe las características del amor verdadero, enfatizando la paciencia, la bondad, la humildad y la perseverancia.
He oído propuestas disparatadas de hombres que podrían ser mis papás (sí, casi doblan mi edad) pensando que los ojos brillan con promesas de dinero y cosas materiales. Pero quien llena el alma sabe que solo lo único y verdadero lo logra, y lo único verdadero es el amor.
Vivir una vida sencilla, sin lujos, no es una carta de invitación para que otros piensen que pueden aprovechar de mi y ofrecerme algo más cómodo.
Creer que eso me hará aceptar su oferta es una fantasía total, ya que para mí, no hay ni la más mínima posibilidad de aceptar una propuesta únicamente por intereses económicos.
Si no hay un sentimiento auténtico, la intimidad con una persona carece de sentido. Reducir este acto a una mera satisfacción física resulta vacío.
Hacer el amor debe ser una expresión de amor, acompañada de un sentimiento que permita disfrutar de la experiencia en su totalidad.
Muchas veces, por miedo a la soledad, las personas aceptan lo primero que se les presenta por delante, sin experimentar un sentimiento genuino que pueda mantener una conexión duradera o prefieren mantenerse en una relación donde no se están sintiendo valorados y apreciados porque han olvidando que son personas que merecen sentirse amadas y admiradas por lo que son.
Te sientes como un libro olvidado en el estante, mientras tu pareja se dedica a otras aventuras y te deja en un rincón polvoriento.
Si te encuentras en esa situación, tal vez ha llegado la hora de hacer un giro radical en tu vida. Compartir tu existencia con alguien más significa vivir aventuras conjuntas, sentir que esa persona que está a tu lado te valora, te aprecia y disfruta de esos momentos mágicos contigo.
Nunca te conformes con menos de lo que mereces, la vida es una montaña rusa de emociones y podemos elegir con quién compartir este emocionante viaje.
Busca una relación con alguien que quiera construir un refugio de risas y aventuras, donde puedan disfrutar cada momento juntos. ¡Apunta a esa conexión mágica y auténtica que te haga sonreír de oreja a oreja! Cree en la magia de los nuevos comienzos.
En la actualidad, parece que hay una mayoría de personas que no se enamoran verdaderamente; buscan más bien compañía para pasar buenos momentos y luego cada uno regresa a su casa, sin responsabilidades ni compromisos.
He estado soltera durante más de cuatro años y la verdad es que no estoy dispuesta a iniciar una relación con alguien sin estar enamorada, ya que es solo ese amor lo que hace posible un vínculo totalmente mágico y duradero.
El amor es la chispa que enciende el fuego entre dos almas que desean unir sus vidas y compartir momentos especiales y felices y apoyarse en todo momento ya sea en los momentos buenos como en los malos.
Si la persona ideal para recibir mi amor no cruza mi camino, estoy más que dispuesta a disfrutar de mi propia compañía hasta el final de mis días.
Así, es posible estar en paz, sin haber sentido la urgencia de entrar en una relación por el simple deseo de no estar sola. Prefiero mil veces estar sola que acompañada de alguien a quien no amo.
No le tengo miedo a la soledad, ni a vivir una vida solitaria, ya que en ella he encontrado la paz que no logré alcanzar en relaciones pasadas.
En estos tiempos, encontrar a alguien que brinde paz no es algo común y quizás se requiere de un poco de suerte para poder establecer una conexión que dé lugar a una relación sana, basada en el respeto y sobre todo, en un amor verdadero que trasciende el tiempo y une dos almas en un camino de amor sincero.
No es necesario un amor perfecto, pero sí es esencial que sea sincero y auténtico, con el deseo de construir una relación basada en el respeto y el bienestar mutuo, sin mentiras ni faltas de respeto que solo pueden marchitar la relación.
Muchas personas están atrapadas en relaciones vacías, donde no pueden ser quienes realmente son, aceptando las migajas que su pareja está dispuesta a ofrecer, simplemente por no elegir la soledad, que en muchos casos puede ser sanadora y ayudar a conocernos mejor y valorar lo que realmente somos.
En las relaciones románticas que he tenido, he experimentado la paz por un determinado tiempo pero que luego se convirtió en la peor tormenta que he vivido en toda mi vida y lo peor de todo es que allí no ha existido un amor verdadero.
Ese amor, esa atracción, ese magnetismo entre dos personas que se comunican con una simple mirada, no ocurre todos los días. Las pocas veces que me ha sucedido han sido intentos fallidos, donde la flecha de cupido ha sido lanzada en el lugar equivocado.
Esto no es motivo para que tenga que vivir una vida amarga por el resto de mis días, ni que deba lamentar no haber tenido la oportunidad de vivir un amor sincero.
Aceptar la vida tal como es, sin reproches y con amor y resignación, me brinda una calma y una serenidad que nadie puede arrebatarme.
Esta aceptación me protege de la amargura que podría surgir por no poder disfrutar de lo que todo ser humano anhela vivir al menos una vez en la vida.
No todo el mundo posee el coraje, la fortaleza y la valentía de experimentar la vida como yo he decidido hacerlo, desde un enfoque de amor y agradecimiento, a pesar de no haber tenido fortuna en el amor.
Cuando observo a esas parejas que viven felices y disfrutan de vidas armoniosas, llenas de amor, me siento inspirada.
Es evidente que se basan en el respeto mutuo y en el deseo de apoyarse y protegerse el uno al otro.
Admiro profundamente a aquellas parejas que han logrado construir un amor duradero y auténtico, donde no hay lugar para la falta de respeto, la traición o la falta de aprecio.
Valorar a una persona por lo que es, aceptándola tal como es y siendo comprensivos ante pequeños errores, es fundamental en una relación saludable.
Me siento afortunada de que las personas que han tocado profundamente mi corazón me han permitido sentir emociones que a menudo deben permanecer ocultas en el alma, ya que revelar esos sentimientos podría transformar la realidad.
Muchos prefieren permanecer en una zona de confort, evitando exponer su vulnerabilidad y eso esta bien.
Trato de mantener una perspectiva positiva sobre todo lo que sucede en mi vida, incluyendo el ámbito romántico. Trato de recordar lo hermoso de cada experiencia que he vivido.
Aunque algunos sentimientos se hayan mantenido en el silencio y no hayan tenido un final feliz, valoro la experiencia de haber conocido a algunas personas que, en algún momento,tocaron profundamente mi corazón.
Te invito a reflexionar sobre tus propias historias de amor que no terminaron como esperabas.
El único modo de sanar ese dolor es transformando nuestra perspectiva sobre la situación y eligiendo abordarla desde un lugar de amor, humildad y aceptación. Este proceso representa un acto de fe en la voluntad divina de Dios.
Encuentra la belleza en lo que viviste y agradece la oportunidad que la vida te ofreció, centrándote en lo positivo de lo que fue y ya no puede ser.
La vida consiste en cerrar una puerta; cuando lo haces, otra se abre lentamente, brindándote la oportunidad de observar un nuevo horizonte y mirar hacia tu pasado con paz y amor.
Muchas personas sufren en este momento porque no encuentran el valor para cerrar puertas que ya cumplieron su propósito.
Cada persona que llega a nuestra vida nos ofrece un regalo y cuando ese regalo se entrega, a menudo esa persona se retira. Es en ese momento cuando muchos comienzan su largo viaje de dolor y sufrimiento.
Se puede ser feliz sin haber tenido suerte en el amor? yo te puedo asegurar que sí, es posible. La felicidad depende esencialmente de cómo decidimos percibir la vida.
Si decides verlo como un fracaso, entonces te sentirás como un fracasado. Sin embargo, si decides centrarte en lo aprendido a través de esa experiencia y los logros y el éxito que has alcanzado en otras áreas, te sentirás una persona victoriosa.
En mi caso, me considero una persona victoriosa porque he acumulado la experiencia y la sabiduría que me sitúan en un estado de paz, armonía y amor.
1 Tesalonicenses 5:18: "Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
Estoy profundamente agradecida, ya que esta paz se manifiesta incluso en medio de todo el caos que se vive actualmente en esta sociedad consumista.
Gracias a la sabiduría que he adquirido y el conocimiento que Dios me ha otorgado, puedo vivir en tranquilidad a pesar de no tener una vida perfecta o quizás la que muchas veces soñamos.
Hebreos 11:1 La mayor prueba de fe es cuando no tienes lo que quieres pero sigues confiando en Dios.
Se requiere tener mucha fe y entender que Dios sabe lo que quiere para ti y confiar plenamente en el.
Isaías 26:4: "Confíen siempre en el Señor, porque en el Señor todopoderoso se encuentra la fortaleza eterna."
He decidido ver el lado positivo de la vida y agradecer por lo que tengo en el presente.
Esto es suficiente para ser feliz, ya que para alcanzar la felicidad debemos aprender a valorar y apreciar lo que poseemos en el presente y darles el valor que se merecen.
Si estás atravesando una situación similar en este momento, te invito a que te enfoques en ti mismo, dedicando tiempo a actividades que te mantengan ocupado.
Por ejemplo, considera la posibilidad de inscribirte en un curso en línea; plataformas como YouTube ofrecen numerosos vídeos y audiolibros interesantes que te permitirán aprender algo nuevo.
En segundo lugar, dirige tu atención hacia aquello que te apasiona,no dejes de lado aquello que amas hacer y te hace sentir vivo.
Por último, destina un poco de tu tiempo a ayudar a alguien, dentro de tus posibilidades. Recuerda, además, nunca dejar de ser agradecido por lo que aún posees en tu vida.
😘Olvidar mi querer versión 3😘
Maria G.
Extracto de mi libro: Una vida de perdón
letra de la canción olvidar mi querer
Decido olvidar con todo
mi ser a quien no supo
valorar todo mi
querer,
elijo cambiar dirección y
enfocar mi atención en lo
que me hace vivir en paz y amor
Acepto con amor lo que
no pudo ser y elijo volver
a creer (oha)
De repente me vi en una imagen
que descubrí viviendo mi presente
feliz sin
ti, sin ti, sin ti (oha)
Acepto con amor lo que no
pudo ser y elijo volver a
creer (oha)
Elijo volver a creer que el amor
tocará de nuevo mi corazón y
lo veré florecer como la primavera
que llegó sin querer para enseñarme
que todo lo que florece tiene
una razón de ser
Acepto con amor lo que no
pudo ser y elijo volver
a creer (oha)
No sufriré por alguien que no
quiere mi querer y volveré a
creer que mi
amor es poder,
Poder para atraer el amor
que merezco tener,
Poder para superar el amor
que nunca vi florecer,
Poder para amar cada parte
de mi ser y aceptar lo que no pudo ser
Acepto con amor lo que no
pudo ser y elijo volver a creer (oha)
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